domingo, 26 de octubre de 2008

Una calle para mi nombre, de Izet Sarajlic


Mi amigo Vuk, croata, al que conocí en Granada me regaló, en nuestra despedida, una traducción del poeta bosnio Izet Sarajlic, uno de los grandes poetas de Sarajevo. Este fin de semana me he puesto a leerlo con atención. La distancia rídicula que hay entre la vida y la muerte en sus poemas es emocionante. Escribe desde la sarajevski duh, una ironía doliente, refugio intelectual y tremendamente inteligente de quien transforma en humor triste la pérdida de la alegría. Sus poemas sobre la guerra de los Valcanes a partir de mil novecientos noventa y dos son brutales. Escribe bajo el ruido de los morteros (las bombas caen procedentes de uno de los parques donde paseaba con su amada), cuenta como entierra él mismo, sin compañía, a sus familiares porque no puede exponer a nadie más al fuego de los francotiradores, se pregunta dónde están sus amigos serbios, los de antes de la guerra, y cómo únicamente un poeta muerto se le aparece en sueños para pedirle perdón por sus heridas. Imprescindible lectura para comprender la paz. A mi este texto me llegó con una dedicatoria de Vuk: Para el amigo Ventura pa´que no se me haga marqués. Es la manera que escogió Vuk para decirme que no cambie. Me pareció preciosa. Se refiere a un poema de Sarajlic que comienza:
No hay nada que hacer: la vida se está aristocratizando.
Los hombres se avergüenzan de las fotos donde salen
en albarcas de campesino.

Qué grande es el mundo y que poco alcanzan los ojos. Yo suelo ser muy agradecido cuando alguien amplia mi mirada, ya saben, la de cateto vocacional.
A parte de cronista de la guerra, Sarajlic es un poeta que ama a Mikica. Su amor no lo detiene la enfermedad ni la muerte, sigue vivo en los poemas. Juan Vicente Piqueras, amigo y traductor al español del poeta, relata en el brillante y conmovedor prólogo (recomiendo su lectura) cómo cuando fueron a Paestum, ante el maravilloso templo de Hera le confesó: A mi la belleza sin ella no me gusta. Se puede expresar el amor de muchas maneras, pero ésta es sin duda muy grande.
Aquí se puede leer la reseña del libro Una Calle para mi nombre.

Dejo por aquí algunos poemas más por si le interesa a alguien.


TEORIA DE LA DISTANCIA
"DEL LUNES SE DEBE HABLAR EL LUNES..."


La teoria de la distancia fue inventada por los eternos rezagados
los que nunca arriesgan nada.

Yo soy de aquellos que consideran
que el lunes se debe hablar el lunes; el martes podría ser ya
demasiado tarde.

Naturalmente, es difícil escribir poesía en el sótano
mientras arriba vuelan las granadas.

Hay algo más difícil aún:
no escribirla.


Más poemas de Saralij Aquí


* * * *
El escritor argentino, Juan Octavio Prenz, relata un viaje a la capital bosnia y exalta el espíritu de convivencia que la animó hasta 1991. Entrevista al general serbio Jovan Divjak, que defendió Sarajevo durante el sitio y así se convirtió en traidor para los serbios y en héroe para los habitantes de la ciudad. Sarajevo, de la guerra a la paz.

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