sábado, 29 de marzo de 2008

Segunda Parte





Se reanuda el juego. Ahora se trata de leer unos poemas ante una afición dividada: el gol sur anima con cánticos, el gol norte ruge en silencio poético: espera, escucha respetuoso. Y eso, amigos, créanme, impone.
Leo algunos poemas de la Vitola y desde la barra un desconocido comenta espontáneamente lo que le parecen mis poemas. La zaga duda, la defensa no sabe hacer el fuera de juego y la portería queda al descubierto. Por un momento pienso que el público lanzará objetos poéticos al campo y me veré obligado a refugiarme en el vestuario. Desde la banda, Mateo, fotógrafo, me hace un gesto que el público está conmigo. Me relajo y decido jugar con humor - como en su día lo hiciera Ronaldinho, ah! qué tiempos aquellos! En fin, que decido dejar el conseravdurismo de Clemente y jugar a lo Cruyff´. El público lo agradece y aparecen los primeros aplausos. Entonces me acuerdo de aquellas palabras de patio de colegio: aquí hemos venido a pasarlo bien. Y yo al menos, conseguí ese objetivo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

qué tiempos
cuando el bará ganaba...

Ventura Camacho dijo...

Qurido Anónimo no sé si te refieres al BARÁ (Roda de Bará, Tarragona) donde está el famoso Arco del Triunfo romano, o al BARÇA, que últimamente nos pasan por el arco del triunfo. EL fútbol, para los barcelonistas, ya no es el opio del pueblo, es casi un sufrimiento, pero eso, por otro lado, es muy del aficionado del Barça ...aunque lo es más del del Atlectico, no?