Al otro lado del teléfono, Lluis. "Camacho", me dice, con esa costumbre de llamarme por el apellido a pesar de la confianza, "¿estás cerca de casa?" Lluis es el administardor de la finca. Miro por la ventanilla del tren y digo que estoy a aproximadamente una hora, en Caldes d'Estrac. Me explica: Subió llorando la vecina del 5º. El hurón cayó balcón abajo y estaba en la terraza del local de la entrada. Necesitaban entrar por mi terraza. Siento el dolor de esa mujer y el del hurón, claro. no me atrevo a preguntar si está muerto. Llego a casa y llamo por telefóno. Ya estoy aquí, me ofrezco, pero el hurón ya ha sido rescatado saltando por otra terraza. Estaba vivo. Por lo visto rebotó en mi toldo y eso le salvó la vida. Respiro aliviado.
3 comentarios:
joder.
òscar.
vaya susto, amic!
me alegro por el hurón!!
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