viernes, 30 de octubre de 2009

Grabaciones

Grabamos nuestras voces. Entre divertida y asustada me pregunta si eso que sonaba - refiriéndose a nuestras voces en el altavoz- luego "vendrían". Y de repente lo nuevo: explicar a una niña de tres años la capacidad de algunos aparatos para atrapar nuestras palabras. Y decirnos cosas, escucharnos, repetirlo hasta la saciedad, escucharse, y jugar a identificar las voces y los coros en las canciones, afinar el odío como ejerecicio activo de escucha. Tenemos dos orejas y una boca para escuchar el doble de lo que hablamos, y su hermana de siete, quedarse pensativa....

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