domingo, 15 de noviembre de 2009

Mosntruos en su laberinto





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Rastrea el laberinto con el cursor hasta encontrar los puntos donde se esconden los 13 poetas.

Uno de ellos yo.



Y este texto introductorio:




En el año 2003, y con el título de Por vivir aquí, Bartebly Editores publicó una antología de poetas catalanes en castellano, un proyecto dirigido por Manuel Rico que daba cabida a una veintena de autores nacidos entre 1952 y 1971. La muestra de poemas y poetas que se esconde en nuestro laberinto toma su punto de partida temporal más o menos donde acababa el de aquella selección, a pesar de que sus objetivos difieran en gran medida, ya que si entonces se trataba de dar eco a una serie de escritores consagrados o en vías de estarlo, aquí se trata más bien de rastrear una posibilidad, de plantearse una hipótesis, a partir de una serie de preguntas con múltiples implicaciones: ¿se escribe poesía joven en castellano en Catalunya?, ¿cómo es esa poesía?, ¿a qué impulsos, ambientes o influencias responden sus representantes?, ¿a qué obedece su elección lingüística?, ¿su escritura, como ellos, es bilingüe?, ¿cuál es su relación con los poetas que escriben (sólo) en catalán?, ¿existe la más mínima consciencia de grupo?, ¿sostienen una estética común?
Lo decimos ya: la mayoría de estas preguntas quedarán sin respuesta, pues a pesar de actuar como acicate de la presente antología, exceden de largo sus posibilidades. Valga nuestra propuesta, en todo caso, como paso inicial, como primera aparición conjunta de un grupo de poetas que vienen desarrollando sus trayectorias de formas muy diversas y que, acaso sin saberlo, ofrecen interesantes puntos de intersección que al lector, si le apetece, le tocará descubrir.


Trece son los monstruos que se esconden en este laberinto, el más joven de ellos nacido en 1986, el mayor en 1974. Todos son de Barcelona o alrededores, o al menos han vivido aquí durante la mayor parte de sus vidas. Todos se sirven del castellano, pese a que algunos de ellos utilicen también el catalán como lengua de creación. Todos escriben desde la más absoluta libertad, sabedores de que la literatura se justifica por sí misma, más allá de proclamas, de politiqueos y de intereses creados.


Ludovico Morales

***

El sueño de la razón produce monstruos, como bien podría haber dicho el gran poeta apócrifo Ferdinand de Saussure. Pero la vigilia de los monstruos edifica laberintos para encerrarse dentro, y trazar un límite, un delirio de pasadizos y rincones entre la cosmética de la polis y la furia que obedece a ese orden más oscuro, más secreto del caos. El laberinto niega el tiempo lineal, la evolución y el principio de causalidad. El héroe que viene de la polis pretende desentrañar un enigma, abrir un único camino, encontrar al monstruo, darle muerte y resolver el laberinto. El monstruo prefiere recorrer el laberinto por el puro gusto de hacerlo, sin pretensión de hallar una salida. Irá encontrándose con sus propios rastros una y otra vez, aquí y allá, no sólo por el camino correcto, sino por las infinitas calles ciegas. El eco multiplica, dispersa y confunde las pisadas. ¿Quién es el que persigue, o el que espera, o el que acecha?

Juan Manuel Macías


4 comentarios:

soperos dijo...

enhorabuena, primo!

besos de
pepe y soperos

Ventura Camacho dijo...

gracias, pepito mío.

Jorge B. dijo...

es posible que no seas el más viejo, tío

Ventura Camacho dijo...

Creo que soy el segundo más viejo, querido Jorge!