martes, 27 de abril de 2010

Pequeños conflictos temporales.



La historia no acostumbra a tener prisa. Nunca es tarde para mirar hacia atrás. Eso da una perspectiva relajada ante los acontecimientos. El futuro, sin embargo, nunca llega a materializarse - existe como proyección en nuestra mente-, y sólo consigue, en el mejor de los casos, transformarse en un presente inconformista. Hay más urgencia en el futuro que en el pasado, aunque en la actualidad, se ha inventado la memoria histórica que más que parecer inventarse para no olvidar los errores y el dolor, en manos de algunos, es una herramienta para el rencor{sempiterno}, Cada cual tiene derecho a su justicia, a enterrar a sus muertos con dignidad, pero antes, deberíamos enterrar el rencor, y nuestra lista de adversarios. Sé que , en parte, ahora pienso así después de leer el libro que me regaló ANAY SALA: La memoria ¿Un recuerdo contra el mal?, de TZVETAN TODOROV.


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