domingo, 18 de marzo de 2012

Escenas de familia




El símbolo hace su función. Simbólicamente nos alejamos de la ciudad para verla con la distancia analítica del observador. Contemplando nos contemplamos. Es un ejercicio muy característico entre los nostálgicos. Fotografiar al fotógrafo, retratar al retratado. La ciudad que somos nos pesa menos a lo lejos. Somos inabarcables, concluímos y la falta de embergadura suficiente para el abrazo nos fuerza a dar un paso atrás. Soy un japonés que da la espalda a un avió que planea buscando tierra paraleo al horizonte, soy teutónico, soy el atleta e el tiempo, soy mil peldaños de pereza, soy la espera en sombra, el pose para el recuerdo, soy la familia feliz, soy el perro hermoso, soy todo menos yo, y no siendo yo soy mucho más todo.

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