viernes, 30 de agosto de 2013

Causalidad, coincidencia, casualidad.



En la terraza del bar hablábamos de Machado y de Colliure Pepe, Mariano, Òscar y Encarna. Somos así de intelectuales, qué vamos a hacerle. Hace tiempo que les dije que me gustaría ir a rendirle homenaje al poeta. Ahora que tengo coche pensaba ir con mi hermano. Quizás montar una excursión al estilo de los homenajes variopintos que se le han hecho. Por ejemplo éste en 1970. Me vienen a la memoria dos libros que traje de Granada entre algunos otros que compré con el dinero de una beca para libros (¿se acuerdan cuándo había becas?): el libro que Araceli Iravedra, profesora  de  la Universidad de Granada, me regalara: El poeta rescatado, Antonio Machado y la poesia del "Grupo de Escorial" y el libro Antonio Machado en la poesía española, de José Olivio Jiménez y Carlos Javier Morales. Dos libracos, que diría Pepe. Comenté la anécdota de la que se hace eco Ian Gibson en la biografía del sevillano cuando entran en Colliure  y la madre del poeta pregunta si queda mucho para llegar a Sevilla, a pocas horas de fallecer agotada y triste. Poco después lo haría don Antonio.  Al día siguiente desayuné con la biografía repasando la anécdota y su salida de España. Me acordé de un papel que tenía con anotaciones para algún día seguir en peregrinación los últimos pasos del destierro. Fuí a buscarlo pensando no encontrarlo. Lo encontré a la primera. En rotulador azul había apuntado: Machado. 23enero. Barcelona. Raset - Cervià de Ter. 26 enero. Mas faixat. Torroella de Montgrí. L'Escala. Figueres. Portbou. Cadaqués. Port de la Selva. Llançà. Colliure.  Los dos días corresponden con las etapas que, partiendo desde Barcelona en un coche que consiguiera el periodista Corpus Bargas, realizó el poeta antes de cruzar la frontera. En Madrid, días después, comentaba la anécdota con mi hermano de nuevo y retomaba la idea de ir a Colliure. Hablamos de Gibson y me acordé de Sabela, que en el día de su cumpleaños había estado tomando unos vinos con el irlandés. Estábamos descansando y yo leía el libro de Cara de Plata del gallego Valle-Inclán. Sabela es de Galicia. Decidimos ir al Museo del Prado y da la casualidad de que Sabela trabaja allí. Nos vemos con cariños e ilusión. Le regalo el libro. Una de las personajes se llama Sabela. Comentamos de Gibson, esta vez en persona. Hemos estado en la Residencia de estudiantes donde convivieran Lorca, Dalí, Buñuel y tantos otros. Comento con mi hermano el escaso reconocimiento que tiene la figura de Francisco Ayala en los libros de texto. Un hombre que viviera un siglo y conociera varias generaciones. Recordaba el Congreso al que asistí en Granada sobre su obra, su presencia, ya poco tiempo antes de morir, tan lúcida, tan emocionante. Hablamos por la tarde nos dirigimos a cuesta Moyano. Mirando libros vienen a mi 2: uno de Francisco Ayala sobre la imagen de España en el extranjero y otro de Corpus Bargas. Miro el índice y precisamente está el capítulo donde el periodista reacciona a los comentarios de Melchor Fernández Almagro - a quien en su cartas Lorca llamaba Melchorito - diciendo que Machado había salido del país traicionado por los suyos. Corpus Bargas, enojado, relata cómo fue el episodio con detenimiento. El relato es casi idéntico al de Gibson. Bromeamos sobre el descaro de Ian Gibson en casi calcar algunas frases. Obviamente compro el libro. En el Prado una exposición de Japón me hace conectar con mi proyecto de conocer el país. Luego vienen otras casualidades mayores sobre Granada, mi casero, Japón e Irlanda que no vienen al caso. Eso sería unos días después.

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