Tras experimentar con el silencio, aquí mis últimas conclusiones:
- A veces, la voz no puede traspasar el cristal del silencio.
- Hablar sin mirarse a la cara no es lo mismo que mirarse a la cara sin hablar.
- Mirar para otro lado no nos silencia.
- El cuerpo y el ademán acompaña a la voz, la viste.
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