sábado, 12 de enero de 2008

Ha muerto Ángel González

Esta mañana me he despertado de golpe cuando, entre las sábanas, todavía adormilado, escucho en la radio la triste noticia del fallecimiento del poeta ovetense Ángel González. Poco antes de las vacaciones navideñas tuve la oportunidad de preguntar en la facultad a Luis García Montero sobre su estado de salud y con tono de preocupación me dijo que andaba "fastidiado". "Queremos hacerle un homenaje en la Universidad", añadió, y quedó pensativo, con esa manera que de repente me traslada a la imagen que del poeta granadino escribiera Rafael Alberti: "desasido Luis, tan de pronto alejado, distraído (...) como suspendido por un hilo en el aire" . Probablemente presintiera ya lo peor y deseaba, sin que sirviera de precedente, renunciar a lo que la vida tiene de verdad.

Yo no conocí a Ángel González personalmente, pero sí tuve la oportunidad de expresarle mi admiración hacia su poesía, salvando el escollo a veces infranqueable de mi timidez enfermiza. Fue un jueves, concretamente el jueves 13 de marzo de 2004. Tanta precisión en las fechas responde a que este acontecimiento importantísimo en la vida del que sueña con ser leído (llegar a ser cómo) - alarde egocéntrico irreprimible, perdonenme - tuvo lugar durante la celebración del PRIMER FESTIVAL DE POESÍA DE GRANADA. Yo vivía por entonces en Barcelona y me costó apenas dos segundos convencer a Eli para coger unos días de vacaciones y bajar a nuestra querida Granada para tener la oportunidad de conocer a tantos poetas admirados: García Montero, Álvaro Salvador, Benjamín Prado y sobre todo, la historia viva de la poesía del Siglo XX: González, Caballero Bonald, Brines, García Baena, Atencia y Rafael Guillén: historia viva, generación del 50, libros de texto que abandonan la rigidez de la doctrina y se encarnan en persona, en poeta, en voz.

Aquel viaje repentino, aquellas vacaciones poéticas, tuvieron un hondo calado: Decidimos que iríamos a vivir a Granada en cuanto pudiéramos. Un porcentage de esa decisión es ahora una deuda también con Ángel González.

Ahora escribo ésto desde Granada. Tenía la ilusión de poder volver a verle leer sus poemas, con esa manera particular de alterar las sílabas tónicas en función de su interés rítmico, de volverle a decir lo mucho que admiraba su proyecto poético, su fina ironía, su gruesa inteligencia. Tengo junto al ordenador el ejemplar de Tiempo Inseguro, el número que la revista Litoral dedica al ovetense, que éste, aquel jueves, después del recital, me firmara con un simple "para Ventura de Ángel González" añadiendo con paciencia y buen humor "Estas ediciones son difíciles de firmar", palabras que toman ahora el valor de los mitos. He recordado que guardo fotos de aquel momento :




Desde este blog insignificante en la constelación cibernáutica, desde este pequeño reducto egocéntrico para la poesía, quisiera rendir homenaje al poeta, a uno de los primeros poetas que me hizo pensar que la poesía era otra cosa, no simplemente un desahogo del alma atrapada en conflictos amorosos, sino la búsqueda de la verdad, un camino, la vida como excusa.

Hace casi cuatro años de este encuentro con González que derivó en un poema de los que he llamado de "agradecimiento" porque como alguien dijo (perdonen la imprecisión): "cada uno tiene las influencias que se merece". yo escribí al poco de llegar a Barcelona un poema algo ingenuo pero cargado de esa admiración y respeto hacia los que en la vida enseñan sin proponérselo:

He visto el vuelo de las lentas, altas gaviotas esta tarde

A Ángel González

Son las gaviotas, amor
las lentas, altas gaviotas.
Ángel González


He visto el vuelo de las lentas, altas gaviotas esta tarde
pasar por debajo de tu impune mirada de cielo limpio
y ganar altura sin esfuerzo aparente
haciéndose dueñas de corrientes y senderos invisibles.

He visto cristalizar únicamente el verso perdurable
que tu voz arrastra hasta el extrarradio,
hasta lo inconfesable,
hasta lo que sólo recibe
nombres de paseos trasnochados
y tardes de otoño junto al Genil.

He vivido en tus poemas,
y en tus poemas sueño los míos.

Aunque no he conseguido dominar el cauce de los ríos,
ni he aprendido a trabajar el aire,
hago lo urbanamente posible por ser yo.

(2004)

Me despido con su voz y agradezco a Olga T. que aquella tarde húmeda de invierno en Barcelona, en el lugar preciso que el frío ocupa entre los huesos y las escaleras junto al portal de su casa, extendiera su brazo para ofrecerme una antología de Ángel González añadiendo casi proféticamente:"Toma, léelo, te gustará". Y no se equivocaría.

Para que la muerte no sea el olvido.

boomp3.com

4 comentarios:

soperos dijo...

perdura en nosotros y perdurará el los siguientes.

un beso, poeta!

abrazos,
òscar.

Anónimo dijo...

Hola, buscando cosas de este gran poeta he acabado en tu sitio, y sólo decirte que me ha encantado. Me encanta cómo escribes. Felicidades.

En nuestra página estamos invitando a que quien se una al pequeño homenaje que también le estamos rindiendo en nuestra página a este gran poeta: compartiendo en los comentarios algún poema suyo, unas palabras, lo que quieras.

Eterno Ángel González

Muchas gracias y saludos.

Mara Torres Página no oficial

Anónimo dijo...

Yo tambien me uno a tu artículo y te dejo uno por aquí:

SIEMPRE LO QUE QUIERAS

Cuando tengas dinero regálame un anillo,cuando no tengas nada dame una esquina de tu boca,cuando no sepas qué hacer vente conmigo
-pero luego no digas que no sabes lo que haces.

Haces haces de leña en las mañanas
y se te vuelven flores en los brazos.
Yo te sostengo asida por los pétalos,
como te muevas te arrancaré el aroma.

Pero ya te lo dije:
cuando quieras marcharte ésta es la puerta:se llama Ángel y conduce al llanto.


MARA TORRES blog no oficial


Saludos


Nota:yo también tengo un artículo de Ángel González en mi blog por si quieres leerlo y comentarlo ;)

Anónimo dijo...

Yo tambien me uno a tu artículo y te dejo uno por aquí:

SIEMPRE LO QUE QUIERAS

Cuando tengas dinero regálame un anillo,cuando no tengas nada dame una esquina de tu boca,cuando no sepas qué hacer vente conmigo
-pero luego no digas que no sabes lo que haces.

Haces haces de leña en las mañanas
y se te vuelven flores en los brazos.
Yo te sostengo asida por los pétalos,
como te muevas te arrancaré el aroma.

Pero ya te lo dije:
cuando quieras marcharte ésta es la puerta:se llama Ángel y conduce al llanto.


MARA TORRES blog no oficial


Saludos


Nota:yo también tengo un artículo de Ángel González en mi blog por si quieres leerlo y comentarlo ;)