martes, 23 de septiembre de 2008

Egipto

En febrero estuve en Egipto. Los acontecimientos que suceden en los lugares donde uno ha estado cobran mayor importancia que los otros. Somos perceptores egoístas de la información. Yo lo admito. Miro con interés las ediciones digitales de los periódicos granadinos, por ejemplo. Leo que la policía ha desarticulado un puesto de venta de droga en la calle Elvira de Granada y me interesa la noticia, más que otras, en otros lugares del Estado. Volviendo a Egipto, ayer tuvo lugar un secuestro de extranjeros cerca de Asuán. Recuerdo las palabras del guía durante el viaje (en mi cabeza resuena su manera de pronunciar las -mp como -mb, es decir, intercambio de bilabiales oclusivas: temblo por templo): que nos acompañe la policía a las excursiones es normal y necesario, decía, este país se mueve por el turismo y el Nilo, claro. Sé lo importante que para aquella gente es esta noticia y me estremezco. Un secuestro de turistas significa que durante unos meses haya miedo de viajar a Egipto. Sube el miedo, baja el turismo, crece la pobreza. He visto como pueblos enteros viven exclusivamente del turismo. Es fácil de prever lo que pasará si los turistas dejan de aparecer en sus camellos, con sus cámaras de fotos, tatuándose henna y cantando canciones populares con los niños. Ejercemos de continente rico, limosnero. La pobreza nos crea mala conciencia, malestar general. A ellos no les importa, les importa más comer a diario. Con el orgullo no se quita el hambre.

Unos niños aparecen, como emergiendo del Nilo, para cantar canciones en español y conseguir unas monedas. Llegan nadando, casi desnudos, o en pequeñas embarcaciones que parecen ataúdes para niños.

2 comentarios:

amelie dijo...

Me emocionó esta entrada. Reconozco que, más allá de limosna o no, voy dejándome el corazón por donde viajo. Me traigo la mochila siempre cargada de millones de cosas (casi ninguna valiosa en lo material) pero siempre dejo un pedacito de mí. Y aun así, tengo esa misma impresión que tú definiste, la de que somos un "continente rico, limosnero". Eso me causa pena. No lo puedo evitar...
Y me encantó eso de "ataúdes para niños". Justo hoy en mi fotolog (www.fotolog.com/elrincondeamelie) hablo de infancia y sueños...
Te mando un beso grande desde Madrid

Ventura Camacho dijo...

un abrazo, amiga. Gracias por pasar!