martes, 23 de diciembre de 2008

Escaparate


Me quito los cascos. Tengo la costumbre de despertarme con la actualidad. Cada vez más la actualidad me aburre, y me aburre aún más la manera de contarla, o la forma que tienen los medios de ordenarnos el escaparate. Precisamente ayer estuve de escaparates. Hacía semanas que no pasaba por el centro. Compro poco ropa - los que me conocen se habrán dado cuenta -. El carbono 14 se inventó para saber de qué temparada eran los jerseys que me pongo invierno tras invierno [Agradezco a la ciencia todo lo que ha hecho por mi ropa]. Ayer, decía, estuve comprobando lo caro que es todo. Aunque no me libro del consumismo establecido , tengo un sistema ético propio y sencillo: no estoy dispuesto a pagar lo que supuestamente valen las cosas. (Malicisomante pensé: qué caras son estas bambas (zapatillas, deportivas), deben haberle subido el sueldo a los niños que las hacen, Ladrones y explotadores! entredientes pensé). Obviamente no las robo,que serçia lo más justo; o no compro o me compro lo más barato. Soy un subcampeón de la moda. He comprobado que un servidor tiene un gusto exquisito porque todo lo que me gusta es tremendamente caro, y créanme, me gustan pocas cosas. En resumen, que no compré nada, a excepción de un recambio de cuerdas para la guitarra, que le hace falta un cambio de aires, o de timbres, o de vibraciones. Sigo calle Tallers alante recordando los días de facultad y dándole vueltas a lo de los niños y lo ridículo que es todo...

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