sábado, 6 de febrero de 2010

Hay una libertad primera.



Hay una libertad primera:
la de estar callado.
Y otra tal vez más alta:
la de permanecer muy quieto
escuchando el murmullo de todo lo que vive.
Pero cuando compruebo esa verdad tan simple
vienen gentes y en coro
gritan que les ofendo,
que no hay mayor insulto que negarse
a compartir el gesto y la palabra.
Yo les contemplo, muero un poco,
y por respeto a ti, Señor, sigo callando.


Chantal Maillard. Hainuwelle. 4 estaciones.

4 comentarios:

Jorge B. dijo...

vale, eli, me callo, no te pongas así

Ventu dijo...

jejeje

Anay dijo...

Genial.

Ventura Camacho dijo...

poemazo. A mi si Eli me manda callar me callo.