jueves, 8 de abril de 2010

alegrías. De lo mío tuyo.


La felicidad tiene su riesgo. Como poco el vértigo de asomarte a los rincones donde una vez la vida se conformaba con ser como es. Riesgo comparativo. Listados, columnas, balances. Todas las distancias pecan de nostalgia. No hay utilidad en la nostalgia, sin embargo su tibia tristeza nos sonríe. "SURdade". El mal del Sur. Quien lo prueba, quien es mordido por su agijón vive en lugar con horizonte en el sur. Lo primero era pasear por el Albaicín. Identifícabamos nuestros lugares comunes y particulares. Aquí tal, aquí cual. Allí tú. Aquí yo. Allá nosotros. Descender las calles del barrio y orientarse, sin prisa, por las notas de unas alegrías o quizás de unas cantiñas. Sorprenderse con los dedos de la mujer sobre las cuerdas. Equivocar la luz en la cámara. Quemar la imagen en un blanco donde sólo ella sobresale y hacer del error su virtud. Quizás la nostalgia tenga en su componente triste su error.



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