domingo, 19 de junio de 2011

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[7] Confundir la anécdota con la historiografía. Crear la Historia a partir de la anécdota. En eso andábamos. Yo anotando en alguna de mis gastadas libretas todo cuanto de vida hay en los poetas. Tú viéndome envejecer metafóricamente hablando, porque sabes como yo, que envejece sólo aquel que lo desea.


[8] Pero como decimos es una totalidad diluida que carece de engarces, las piezas del puzzle sólo pueden anudarse en el proyecto mismo de crear un puzzle. Continuaba,  para añadir: Por eso no se trata de reunir los fragmentos que ya tendrían un soporte, sino de darle un soporte real a los fragmentos.


[9] Hay un conflicto que resolver: ¿El porqué de las piezas? Fingir que hay un personaje que recompone unitariamente todas las piezas sería una vía para darle forma al relato, un inicio, un testigo presencial de todo lo acontecido. Si ese personaje era yo mismo, como fingiendo escribir un relato sobre la generación del veintisiete se parecería sospechosamente a la trama del último libro de Benjamín Prado. La estructura a pedazos, como tú la llamabas, le funcionó magistralmente a Cuenca Sandoval.  Él supo llevarlo de manera brillante, escribo ahora con admiración. Plagiar a un amigo no sería ético, sólo necesario.

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