viernes, 15 de julio de 2011

[168-177]


168
Porque has de volver me consuelo sabiendo que esas horas podrán repetirse, relees en la memoria lo que has escrito. Y él embarca hacia Buenos Aires. En tu ropa todavía el olor de un viaje en taxi. Es un 29 de septiembre de 1933 y ves zarpar el Conte Grande. Tu amor tiene una misión: no olvidarte jamás, amarte sin huidas. Por eso sabías que no marcharía a Méjico, que no acudiría a la llamada de margarita Xirgu, que si tú no ibas con él, él no se movería de Madrid.

169
¡Cuánto has tenido que amar, Federico, cuánto que sufrir! te dice Aleixandre, que bien te conoce y sabe de tu desgarrado corazón. A él no le engañas. El que siempre vive al borde de la muerte conoce bien las cámaras secretas de la vida y sabe lo que hay detrás de los sonetos del amor oscuro. Él sabe que nunca has sido el Federico que todo lo ilumina. Sabe de tus miedos, de tu llanto, de tu amor oscuro. Sigue asombrado de tus versos: Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,/ tigre y paloma sobre tu cintura, en duelo de mordiscos y azucenas./ Llena, pues, de palabras mi locura/ o déjame vivir en mi serena/ noche del alma para siempre oscura." ¡Cuánto has tenido que amar, Federico, cuánto que sufrir!

170
Aquella verbena madrileña de San Pedro y San Pablo, en la tierna madrugada de junio, acariciando la frente de Rodríguez Rapún. Aquella despedida antes de salir precipitadamente hacia Granada. Julio de 1936.


171
Has vivido en una frase desde ayer. You are my greatest reality, te escribe Katherine y le respondes: Milagros que caen sobre mí, y ante ellos me encuentro sorprendido, atónito, asombrado de ser yo, entre todos, el designado por tu gracia. Vives en ella. El amor es una correspondencia, te imagino irónico.

172
Elena Dimitrievna Diakonova Gala es la nieve al final de la tramontana. Despeinada y múltiple. La arena enredada en su cabello, el mar en sus ojos, aquella mirada de Kazán. No hay pescadores en la bahía que no hayan probado su frío. Eso cuentan. A Salvador no le importa. Dicen que fue él quien inventó el candaulismo.

173
Dónde empezaba Elena y dónde Salvador era difícil de delimitar. Hay relaciones sin frontera. Que se lo pregunten a Éluard, Aragon, Max Ernst, Breton… El surrealismo soy yo, reía Gala delante del espejo.


174
La una, la novia de mayo, vino en un barco de nombre extranjero. De Alger a Santa Pola. El mismo mar distinto amor. La otra zarpó del puerto de Málaga sabiéndose segura de que aquello significaba el final. Margarita que viene, Katherine que marcha. Pedro salinas, en medio, es el mar por donde navegan.

175
Buscas la unidad, la unidad detrás de todo. Te busco a ti, le escribes. Ella es la unidad, la restauración de la capacidad de maravillarme.



176
Para Salinas los puentes adquieren un simbolismo especial. Unen a las personas, los recuerdos unos con otros, le unen a Margarita. Son puentes del tiempo y no de espacio.


177
Hay puentes a la infancia, puentes con una madre y puentes que comunican el amor, cuando las orillas quieran juntarse.

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