Se necesita sólo una cámara de fotografiar y tiempo para robar un alma. Eso han pensado durante siglos muchas tribus indígenas. Días en los que uno necesita salir de uno mismo, quitarse de encima el traje que es el cuerpo , olvidarse de sus miserias, de las cargas afectivas, de todo lo que nos pronuncia como un nombre si fin. La única manera de conseguir salir de mi mismo esta tarde era mediante el autoretrato. Cada disparo se lleva porciones de alma. Cada retrato me separa un poco más de mí, para observar, entender y reordenar o en su defecto, para tomar aliento. Después llegó el alivio... Pruébenlo en sus casas, róbense el alma.
2 comentarios:
y siempre serás tú!!!
forever and ever! jajaja! abrazo
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