Mostrando entradas con la etiqueta Silvia Gallego. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Silvia Gallego. Mostrar todas las entradas

viernes, 13 de febrero de 2009

Vitola de Silvia Gallego


No me canso de decir lo mucho que me gusta recibir cosas en el buzón. Cosas es una palabra poco acertada, probablemente, porque correspondencia es más precisa, y al cabo, poca cosa más recibo por esta vía. Solventado quizás este problema léxico, anuncio la llegada de una nueva vitola, la de Silvia Gallego, que me hace especial ilusión porque sé la mucha que le hace a ella, lo importante que es esto de juntar versos y leerlos, y que gusten, y que estar a gusto entre amigos, y otros etcétaras poéticos. Curiosamente aparece mi jeta en la portada. Pobre Silvia! La foto es de cuando mi "titola" (*) en Granada. Que gracias, Silvia, que sé que lees por aquí de vez en cuando, que mucho afecto por esas dedicatorias tan especialísimas tuyas.

(*) "Titola". "Picha" en catalán. Dícese de la gracia inventada para la ocasión por Òscar Solsona. Pintor, poeta y juntamundos´, si todo no es lo mismo.

viernes, 6 de febrero de 2009

Supraespinoso

La causa del dolor. Localizada. Supraespinoso. A uno le duele mejor cuando entiende la génesis y el alcance del mismo. Es algo que tiene que ver con mi brazo pero que puede aplicarse a la vida en general. Es lo que tienen las metáforas, que son muy "apañás". Ustedes mismos. Ustedes mismas. Esta tarde me dedico a escribir cartas pendientes. A Mario, A Javier Bozalongo, a Domingo. Releo sus poemas, recuerdo Granada, Córdoba, Málaga, Tarragona... Hay personas con denoinación de origen. Empieza a llover. Hoy llegó un sobre con remite: SILVIA GALLEGO. Dentro una publicación de sus primeros poemas: TRAZOS DE COLOR con ilustraciones de Aurelio Sánchez Díaz. Me la llevo a la rehabilitación y lo disfruto mientras los ultrasonidos traspasan la piel y llegan a mis tendones, mientras la corriente eléctrica provoca un movimiento exagerado de mis músculos del hombro, del hombre que soy. Silvia pensará para su libro mejores lugares donde abordarlo. A mi no me importa el lugar si el verso es bueno. Leo en lugares insospechados, a veces bajo el agua. Soy raíz sin desinencia, escribe Silvia, y juega con la morfología, con la tecnología, y en el juego, como los niños, como las niñas, hace las cosas importantes. Agradezco, Silvia, tu libro.