Cuando uno decide darle la espalda al mar, sea por las razones que sean, debe asumir con valentía las consecuencias, de lo contrario se expone a perder toda credibilidad ante los elementos. Almuñecar.
"nunca sabré qué espero del mar ni qué conjuro deja en mis tobillos pero cuando estos ojos se hartan de baldosas y esperan entre el llano y las colinas o en calles que se cierran en más calles entonces sí me siento náufrago y sólo el mar puede salvarme"
La verdad e sque no creo que eche de menos el mar en Barcelona, sobre todo, cuando recupere mi vieja afición de pasear por el centro y acabar siempre frente al mar: Eso es algo que le falta a Granada para ser casi perfecta... estéticamente hablando...
Lucía, en esos paseos es el mar el que salva, ciertamente...
5 comentarios:
Vale, pero aún te queda el mediterráneo... ó no?
eso es lo que iba a decir
dicen que por allá arriba también hay mar, no?
o lo han vendido ya?
jejejeje
"nunca sabré qué espero del mar
ni qué conjuro deja en mis tobillos
pero cuando estos ojos se hartan de baldosas
y esperan entre el llano y las colinas
o en calles que se cierran en más calles
entonces sí me siento náufrago
y sólo el mar puede salvarme"
abrazotes, Lucía.
Al mar nunca le daría la espalda,si a la ciudad.Por el mar se llega, se va hacia....Un beso y como me gustan estos instantes de tu mirada.
La verdad e sque no creo que eche de menos el mar en Barcelona, sobre todo, cuando recupere mi vieja afición de pasear por el centro y acabar siempre frente al mar: Eso es algo que le falta a Granada para ser casi perfecta... estéticamente hablando...
Lucía, en esos paseos es el mar el que salva, ciertamente...
saludos a todos
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