martes, 10 de febrero de 2009

El aguafiestas



Mañana iré de visita sopera. Cogeré el tren hasta el Prat, merendaré con Òscar, Faby, Pepe y Mariano /famosas las meriendas soperas/ y asistiré a la función radiofónica de cada miércoles. Mi intención era asisitir como público, allá sentadito, riéndome y emocionándome con ellos, como lo hago en casa. Pero creo que no me van a dejar, por eso esta mañana he estado buscando algunos libros para llevarme, por si se tercia compartir poesía. Había pensado llevar 2 antologías: Las Ínsulas extrañas y Todo es poesía menos la poesía, que nada tienen que ver la una con la otra y por éso, mismamente. La biografía de Benedetti la llevo para dejársela a Òscar. Me ha dicho que no la ha leído y creo que, a tenor de lo que admira al viejo y su paisito, debería leerla. Abro el libro y de dentro olor a cerrado, a humedad. Recuerdo mi primera vivienda. Ese es su olor: la humedad. Por aquí le llamamos "Planta Jardín" a los pisos que tienen acceso independiente de la escalera de vecinos y que dan, como su nombre indica, al jardín vecinal. La asuencia de altura y la cercanía a la tierra le quitan el sol y le dan la humedad. Ese olor a tierra y agua se introdujo en mis libros, que todavá respiran con dificultad.

4 comentarios:

soperos dijo...

granuja, me volviste a ganar para siempre...

cuidaré muchísimo tu libro-planta e intuyo que será una lectura cabalística para mi now-biografía...

te quiero, ventu!

òscar.

Lucía.uy dijo...

....no puedo hablar de Don Mario.....soy locataria y además, el viejo me ha podido toda la vida!

un abrazo

Lucía

Ventura Camacho dijo...

Òscar, que no te haya regalado ad eternum el libro del viejo es sólo una excusa para asegurarme verte al menos dentro de quince años.

Ventura Camacho dijo...

Lucía, amiga, el viejito está muy viejito, me cuentan, pero siempre fiel a quien lo lee. Abrazo