martes, 13 de diciembre de 2011

Lo más difícil del mundo

Suene la voz de al filo de romperse:

Lo más difícil del mundo
se estudia y se aprende bien
yo me estudié tu cariño
y no lo pude comprender
por eso sufro y lloro como un niño.




Y quién me dice a mí que después de un año no he muerto yo también. Siguen sonando campanas de muerte en mi casa antigua, en la que ya no habito, en la que veo al pasar por la puerta y todavía , caliente, el recuerdo se refleja en el portal y empaña la mirada con su vaho de incomodidad.   Recuerdos de un luto geográfico ajeno habitan esta nueva, luminosa  y sin cortinas, soleá donde Enrique Morente canta  aquello de:
El cante no es alegría,
el cante es decir las penas
que se llevan escondías

Hoy se me escapa una pena extraña y no siento vergüenza. La publico esperando mi ratico de calor. José Menese me dice;
a to' el mundo calentando
y ahora veo que le va dando,
según la experiencia mía,
a algunos calor to' el día
y a muchos de cuando en cuando

 
Esta mañana recordaba el vértigo que he sentido leyendo a autores a los que admiro aireando sus dolores más profundos, y esa impunidad me sirve de escudo. Hablo por teléfono con el grandísimo Pepe. Él no lo sabe pero me interrumpe en una pena muy flamenca que tiene que ver con lo que Morente significa, con la normalidad con la que se viven las cosas, con la habilidad o torpeza para colocar el tiempo en lugares donde no nos duela, con la asociación de ideas, con los mapas sonoros del afecto.  Llama para hablar del especial de Enrique Morente que han dado en radio3 y queriéndolo y sin querer me canta un mirabrás:

A mí no me importa
Que un rey me culpe,
Si el pueblo es grande y me abona,
Voz del pueblo, voz del cielo.
Y viva verdad que son las obras,
Con el “mirabrás”
Se amarra el pelo
Se amarra el pelo
Con una hebra de hilo negro.

Bromeamos sobre las pocas palabras que se gastan los flamencos y las grandes frases que nos dejan.  Nadie ha dicho la pena con menos artificio que ellos. Esa es mi pena hoy, un dulce amargor en la lengua, como el recuerdo en retirada de un vino en la Peña Platería frente a la Alhambra, un dolor casi perfecto.

 Un fandango de Manuel Vega "El Carbonerillo", leo en internet, dice:

""La pena grande que se llora,
con las lágrimas se va.
La pena grande es la pena
que no se puede llorar.
Esa no se va; se queda.""


Habría que aplicarse aquella otra copla por soleá de "Si sufres sufre cayando y no publiques tu pena" pero ya es tarde. Recordando a Enrique Morente y a vueltas con la idea de un libro de poemas flamencos con Pepe y Mariano.

2 comentarios:

soperos dijo...

ventu, con lo que escribes está todo dicho. gracias, primo.

esas coplas -vida en bruto- van a lo que importa. sin atajos.

te pongo aquí una que me tiene mosqueao éstas últimas semanas:

deseando una cosa
parece un mundo
luego que se consigue
tan sólo es humo

abrazo fuerte
tu pepe

Ventura Camacho dijo...

esa copla! pepe es brutal! la leí también y se la escuché a Morente! grande