Desde que empezáramos con las Radiografías poéticas en La Senda de Oro he ido como espectador a pocas historias de éstas. Yo siempre me he manejado mal en los terrenos por donde pisa la poesía, perdón, por donde pisan los poetas (que no es lo mismo). En las radiografías me siento como en casa (de alquiler), y son los poetas los que pasan a saludar y se les invita a compartir su arte. Hoy de nuevo me he visto como pez fuera del agua. Mis branquias no respondían. Lo reconozco, he salido huyendo en cuanto ha acabado la conferencia. Me ha dado un ataque de vergüencitis aguda. No llego a los extremos ereutofóbicos dalinianos pero es curioso... porque sólo me pasa en determinados contextos... Ando acostumbrado a ver la vida de reojo últimamente y a veces me cuesta mirar de frente a ciertas cosas sin sonrojarme. Precisamente eso es la ereutofobia: el miedo a sonrojarse en público, aunque más en el sentido del propio pudor y no tanto por lo que de ajeno tiene ese sentimiento. Hoy he visto manos en el hombro de esas que aparecen antes de un click, de un flash o de un aplauso, y poetas con disfraz de domingo, calcetines limpios y lección aprendida. Quizás huía de éso...no sé...dejénme que madure la idea.

2 comentarios:
en mi corazón sé que usted huyo con motivos reivindicativos
Anónimo y tal
PD: bonita foto
amigo anónimo y del Barça. A veces no se saben los motivos de huída. Uno aprende a respetar lo que no le gusta...creo q se huye de uno mismo...
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