domingo, 24 de abril de 2011

Sant Jordi (ii)

Habíamos dejado la historia en brazos del padre, sujetando el juego de confianza de la hija. Después de comer aprovecho que la lluvia todavía no aparece y salgo hacia el Metro. Esta vez no cambio rutinas. La mañana acabó por sorpresa en encuentro con Iordi. Cerveza mediante comentamos fortunas y desventuras. Él está convencido de que tiene recuerdos de una edad muy temprana. ¿Y cómo sabes tú que esos recuerdos no son falsos, o aprendidos? "Porque yo le contaba a mi madre estas cosas y no al revés", me dice. Los científicos se empeñan en pensar lo contrario. Yo no recuerdo mi primer recuerdo. Soy mentalmente desordenado. Cuando necesito un biógrafo acudo a mi madre.

EN la Plaça Orfila un shombre con "barretina". Muy folclórico él. Lleva la casa a cuestas. Juega con un teléfono móvil, con una tarjeta que no alcanzo a ver lo que es - la curiosidad acostumbra a ir mucho más allá que la propia vista. Me dan ganas de sentarme a su lado, de preguntarle sobre su vida, y pienso que qué derecho tengo yo de ejercer mi curiosidad paternalista, y qué interés debe tener él en ser preguntado por mí. Nunca lo sabremos.

Entre un ir y venir de rosas de Sant Jordi cruza otro muchacho con su carro. Lleva chatarra. Recuerdo ahora la conversación con Jovan, el profesor de foto sobre el anonimato y la identidad. Esta foto me gusta. Dice cosas. SI se ubica en su contexto dice más creo, dice mucho sobre las contradicciones sociales. Deberíamos preservar el anonimato de quien empuja el carro, pero no lo hago, me veo en el derecho de exhibirlo y me contradigo. Es arte, me excuso, o intenta serlo. Y m cuerpo primermundista mira ya hacia otro lado.



La ciudad está la miremos o no. Y así reaparece en mis conversaciones internas para decirme: "Soy reflejo, te devuelvo lo que eres".

Antes de llegar al parque de la Pegaso me paro a fotografiar las poderosas nubes que avanzan frente a mi. Una pareja se gira para ver hacia donde apunta mi objetivo. Les veo desconcertados. Ellos no ven la foto que yo estoy viendo. Yo ví ésto, y me acuerdo ahora de Pepe Maiques, poeta y entrañable amigo, que tiene un exquisito gusto fotográfico. En el blog de Sopa de Poetes ha puesto una entrada con no sé si estas mismas nubes, o quizás otras, pero muy parecidas en su textura.



Eli dice que estos bloques de pisos son muy fotogénicos. Será por su simetria, pienso. No es la primera vez que los fotografío.

Atravieso el parque. Un niño tiene la mirada perdida en el foso lleno desde hace pocas semanas de nuevo de agua. Mi teleobjetivo no da más de si. Me permite acercarme hasta una cierta distancia comprensiva. Mira hacia adentro, pienso, y al poco de estar observándole, coge su bicicleta y marcha con renovadas ganas de algo que no sé y que hubiera querido saber.


Cerca de casa, en la Rambla de Fabra i Puig, el puesto de libros vende mi libro "Los tres ríos de kiso". No sé si se habrá vendido alguno. Saldremos de dudas en breve.

De casa a Sagrera y de Sagrera a Diagonal con la línea azul no habrá más de media hora. Voy camino de La Central para ver a Joan Margarit y poder saludar a Luis García Montero. Voy pronto, con tiempo. Quiero comprobar si el centro de la ciudad está tan poco frecuentado como mi barrio. No es así. EN Rambla Catalunya no se puede ni andar. Recorro los stands de libros y de firmas or detrás, fotografiado al personal que llama mi atención.



Casi a la altura de la calle Mallorca un stand de Convergència i Unió me cierra el paso. Una cara conocida: El Senyor Trias presenta su libro y aprovecha para hacer campaña rodeado de babeantes idiotas con risas de idiotas - todavía no se me ha ido del tímpano la de aquella señora en particular - que celebran comentarios absurdos y hacen política blandiendo una excusa literaria. No gràcies.

Me llama más la intención la chica de mi izquierda, a la que intento fotografiar con discreción y que por la misma timidez de siempre no consigo captar más que extrañas poses en el tiempo. En cinco minutos estaría hablando de nuevo con Luis.

Posted by Picasa

2 comentarios:

soperos dijo...

ay, esas nubes, primo..qué arte exhiben.

cuyunut el relato y las imágenes del paseo.

abrazos
pepe

Ventura Camacho dijo...

besos, primo!